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sábado, 16 de junio de 2012


                    Análisis de la crisis de la moneda común

                

La crisis que sufre Europa es delicada y requiere gran cooperación entre todos los miembros de la unión monetaria (euro). Deviene de la combinación de un shock internacional producto de la crisis financiera y las limitaciones del proceso de construcción de una moneda común.

La mencionada ruptura financiera internacional obligó a empeñar recursos en amortiguar su efecto en economías ya muy frágiles fiscalmente y con deudas elevadas. El problema principal ha sido el incumplimiento de las normas que estaban explícitas en el programa fijado para crear el marco institucional de una moneda común.

Los desequilibrios acumulados, tanto en materia fiscal como en las políticas de ingreso, han generado fuertes asimetrías entre los países del Norte y los del Sur. Sobre este desajuste se han sobreimpuesto las dificultades muy severas de una burbuja inmobiliaria en España e Irlanda.

El proceso de corrección de la crisis va a requerir cuatro iniciativas: 1) Será necesario flexibilizar la política monetaria; de otro modo, va a ser muy difícil dar espacio a la corrección de los defasajes ocurridos. 2) Deberá alargarse el marco temporal de los procesos de consolidación fiscal con los mayores recursos de financiamiento que tienen que ser previstos para tal sendero de corrección. 3) Habrá que establecer un sistema de regulaciones que impida volver a cometer los errores acumulados, tanto en materia fiscal como bancaria o de ingresos. 4) Corresponderá implementarse una agenda de crecimiento, abriendo espacio a la utilización de los recursos inactivos, liberando los mercados de bienes y de factores, a modo de facilitar correcciones en los precios (flexibilidad) y no en las cantidades (desempleo). Debe contemplarse y financiarse también una mayor inversión para homogeneizar la infraestructura.

                    Las similitudes y diferencias con la Argentina del 2001


1) Argentina no podía controlar la oferta monetaria de la moneda a la que estaba vinculada, esto reducía los grados de libertad. Ese margen de maniobra sí lo tienen los países de la Unión Europea.
2) Las ayudas que han estado disponibles para los países del euro excedieron la cooperación recibida por Argentina. Grecia recibió diez veces la de nuestro país, en tamaños equivalentes.
3) Los problemas estructurales y de deuda de Argentina eran distintos a los de Europa. En nuestro caso, tuvimos un shock externo de gran magnitud, por la tremenda revaluación del real, la estrepitosa caída de los precios de las commodities, las elevadas tasas de interés internacional y la sobrevaluación del dólar. A su vez, era previsible que se fueran a revertir, generando un espacio de fuerte recuperación de la economía. Estos cambios esperables ocurrieron en el sentido señalado.
Por otra parte, nuestro país estaba pagando dos sistemas previsionales simultáneamente. El anterior, de reparto, y ahorrando para la capitalización del nuevo. En términos de deuda explícita e implícita, se estaba disminuyendo y había un superávit estructural a largo plazo que permitía asegurar la solvencia si se superaban los problemas de liquidez. La Argentina en ese momento tenía superávit primario.
Si  las reglas y las instituciones hubieran sobrellevado esa coyuntura adversa, el panorama de la Argentina en términos de credibilidad y reputación hubiese sido formidable.En cambio, en Europa hay un desequilibrio estructural en las finanzas públicas, con una población envejecida, cuyo proceso se va a acentuar. No hay expectativa de una gran recuperación de los precios de commodities y de los recursos naturales, cuestiones tan decisivas en la mejora del nivel de actividad de la economía argentina post crisis 2001-2002.
4) La deuda, en el punto de partida, es más de dos veces que la que teníamos nosotros por aquel entonces, y con un déficit primario significativo, cuando en nuestro caso ocurría lo contrario.
En conclusión, el proceso de corrección de los países de la moneda común será, por tanto, más esforzado, complejo e incierto. La ventaja que encuentro en ellos es que no tienen esa manía pesificadora y estafadora de nuestro sistema político, que ha hecho festejar a nuestro Congreso fracasos como si hubieran sido victorias. Tal como ocurrió con la proclamación del default de la deuda pública y con la brutal transferencia de ingreso de la pasificación asimétrica. Esa mentalidad de ave de rapiña, de capitalismo de reparto y de saqueo, que ha sido el factor trágico en nuestra sociedad, no ha formado parte de los hábitos de los europeos. Los problemas que enfrentan son complicados y su solución tendrá en ascuas al mundo por los próximos meses.

Fuente: diario Perfil | http://tinyurl.com/7pnk3bl

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