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martes, 9 de noviembre de 2010

El peligro Moyano y una oportunidad para el consenso detrás del velo de ignorancia / Pedro Isern Columnista Invitado del Bullblog

Hugo Moyano es desde hace tiempo el actor más disruptivo y conflictivo de la política argentina. La novedad es que, luego de la muerte de Nestor Kirchner, ha devenido en la principal amenaza no solo para un posible futuro gobierno opositor sino para el actual gobierno peronista. Paso seguido, el actor mas conflictivo de la crispada argentina se ha convertido en una oportunidad para consensuar entre quienes aspiran a alcanzar la presidencia en diciembre de 2011: Cristina Kirchner, el pan-radicalismo y el peronismo federal. ¿Como podrían sectores enfrentados buscar un consenso para limitar una amenaza en común? Por ejemplo, recurriendo al filosofo John Rawls y su velo de ignorancia.

Básicamente, Rawls apela a la racionalidad de las personas en una situación de ignorancia sobre su situación futura. Detrás de ese velo, las personas (en este caso, los actores políticos relevantes) no saben que lugar ocuparán y, por ende, eligen racionalmente un conjunto de bienes básicos amplio al que todos accederán. Es decir, un piso alto y un techo bajo. En nuestro caso, el velo de ignorancia es la elección presidencial de 2011, ya que los actores políticos relevantes no saben si serán gobierno u oposición. En cambio, lo que si saben es que en caso de alcanzar el gobierno el poder de Moyano será un serio problema para su gobernabilidad. Por ende, tienen los incentivos para cooperar ahora para limitarlo.

Así, para reconstruir la confianza perdida entre los partidos es primero necesario pensar en un marco o ámbito temporal e institucional que haga que las partes confíen en que las decisiones alcanzadas serán respetadas. Dada la pobre calidad que hoy posee nuestra polis, ese marco institucional necesita de un velo de ignorancia rawlsiano que ayude a generar confianza entre las partes. Es decir, un ámbito temporal-institucional donde los actores no sepan que lugar ocuparán en el futuro del mismo y, consecuentemente, estén dispuestos a aceptar el mejor escenario posible para el otro, ante la posibilidad que ese escenario temporal-institucional los encuentre a ellos en la mejor posición para aprovechar los beneficios de ese hipotético consenso alcanzado.

El desmesurado poder alcanzado por Hugo Moyano es una amenaza a la gobernabilidad del próximo presidente, cualquiera sea su signo político. La muerte de Kirchner ha acelerado la comprensión de esa amenaza. Es un buen momento para que las principales fuerzas políticas acuerden, detrás del velo de ignorancia, como lidiar con alguien fuera de si.

Podemos pensar que un primer ámbito de posibles consensos entre actores que se han desconfiado y continúan desconfiándose es aquel escenario futuro donde las partes no conozcan fehacientemente si estarán en el gobierno o en la oposición. Luego, un primer ámbito temporal-institucional para lograr consensos es acordar comenzar a implementar determinadas políticas que trascenderán el 11 de diciembre del 2011, es decir, el primer día del próximo gobierno, sabiendo que hoy no es claro quien gobernará y quien será oposición en el siguiente periodo. Así, los actores políticos principales podrán pensar y acordar una política determinada sin especular si los beneficiará como oficialistas u opositores, ya que hoy se encuentran detrás de un velo de ignorancia y no pueden estar seguros sobre que lugar ocuparán. A su vez, acordar políticas para el mediano plazo, aprovechando el acercamiento que puede proveernos el velo de ignorancia que significa el 11 de diciembre de 2011, es un primer paso para generar confianza entre las partes, acercando a los actores y contribuyendo a que en una segunda etapa puedan pensarse otro tipo de políticas conjuntas.

Pedro Isern. Lic. en Ciencias Políticas y Profesor en la Universidad Abierta Interamericana

1 comentario:

rab dijo...

¿Por qué tanta insistencia en la "gobernabilidad"? Sin duda, como consecuencia de nuestra experiencia mediata y presente en Argentina.
¿Acaso el respeto a la ley no garantiza la gobernabilidad? ¿No es eso finalmente lo que garantiza un estado de derecho?
Por el sector político diría que el problema es que seguimos eligiendo "líderes" en lugar de estadistas. Elecciones periódicas no bastan para asegurar la democracia. En ausencia de instituciones republicanas, la democracia degenera en demagogia.
Dr. Lopez Murphy, es encomiable su búsqueda de consensos pero ciertos principios simplemente no son negociables. Como siempre, dicho esto con total reconocimiento de su esfuerzo personal.