Hoy los argentinos tendremos nuevamente la oportunidad de expresar nuestras convicciones, nuestras creencias, y nuestros horizontes, a través del voto.
El 28 de junio es un día cívico, en donde debe irse en las mejores condiciones a votar. Hay que mantener alto el ánimo para que la votación sea lo más participativa posible, para que concurra la mayor cantidad de gente a votar.
Los comicios tienen que ser transparentes, limpios, y ejemplares, para que los que son derrotados acepten el resultado.
Las elecciones son un llamado a la paz y a la concordia. El resultado de estos comicios deberían ser también un llamado a la unión nacional. Esa actitud por parte de los triunfadores, generaría un cambio extraordinario de cara al futuro de nuestros país., porque votamos para saldar nuestras diferencias, para tolerar al que piensa distinto. No votamos como preludio para luchar en las calles.
Es muy importante este concepto, porque lo que estamos defendiendo es la democracia representativa, republicana, y federal. Representativa por que gobernamos por medio de nuestros representantes. Republicana porque no confundimos el partido, el gobierno y el estado. Federal por que gobernamos para todos los ciudadanos del país y respetamos la autonomía de los diversos niveles de gobierno.
Necesitamos reconstruir el respeto mutuo. Ese respeto se reconstruye convocando a la conciliación, a la convivencia, y a la tolerancia, y no gestando actos de provocación. Sería muy desafortunado que un momento que debería ser de reflexión y de análisis, de descifrar los mensajes, de entender a los votantes, se transforma en una competencia que pasa de la urna a la calle.
Las elecciones son para resolver una diferencia. Existen para vivir en la pluralidad y en la diversidad. Es una forma de salvar nuestras discrepancias de un modo no violento. Por eso Churchill decía que la democracia “es el menos malo de los sistemas políticos”. Es el menos malo porque hay que ir a la elección de reglas de mayoría frente a la imposibilidad de alcanzar un consenso en las decisiones colectivas.
Los comicios de carácter legislativo son elecciones de convicción, no son elecciones de voto útil. No son elecciones de cargos ejecutivos, donde se puede priorizar el mal menor. En la elección legislativa, justamente lo que tenemos que tratar de procurar, es afianzar la mejor representación de nuestros valores y nuestras ideas en el Congreso.
La idea del voto útil desnaturaliza nuestro sistema electoral y nuestro sistema institucional. El nuestro no es un sistema parlamentario, es un sistema presidencial donde las cámaras expresan la diversidad de opinión.
¿Qué enseñanzas nos deja esta campaña? Si tuviera que resumirla yo diría cuatro.
La primera, es la pobreza de los debates, y el rehuir sistemáticamente en plantear los problemas en términos de dilemas por parte de los candidatos. Esto es, vincular los medios para alcanzar nuestros objetivos.
La segunda cuestión, es que la sátira, la burla, la caricatura de los políticos en un programa de televisión, ha terminado en la imitación por parte de los mismos candidatos a los cómicos que los caricaturizan.
Eso da una versión extrema de la pobreza de nuestro sistema político, y la pérdida de la mínima solemnidad que los actos requieren. Haber llegado a ese grado de vulgaridad, los ha puesto en un aprieto a algunos políticos, en términos de que va a ser muy difícil que quienes han cultivado esa actitud y esa característica, tengan la autoridad y el prestigio para demandar los esfuerzos y los sacrificios que los argentinos debemos realizar para trabajar por un futuro más próspero y productivo.
En tercer lugar, en Uruguay este domingo hay elecciones internas abiertas y simultáneas para elegir los candidatos de las tres fuerzas políticas, desde el candidato a presidente hasta el primer candidato a concejal. Participa toda la sociedad, los candidatos no se eligen a dedo, no existen listas testimoniales, no de adelantan las elecciones, y no hay desnaturalización del sistema institucional.
En cuarto lugar, uno de los hechos más negativos que he visto es el caso de una de las listas que participa en la elección en Salta, que declaró que gastó más de 30 millones de pesos en campaña. Ellos mismos manifiestan que están dispuestos a infringir todas las normas electorales. Ante este panorama, las campañas se vuelven plutocráticas. No se puede competir sanamente ante ese inmenso y obsceno gasto de recursos.
Para concluir, quisiera destacar la importancia de ir a votar, en lo posible coopere con sus familiares y conocidos que son fiscales, y ayude a que los comicios sean los más limpios y transparentes.
Artículo publicado el domingo 28 en la edición impresa del diario Perfil
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