"Si se parte el electorado radical, gana Kirchner"

Una tradicional oficina a metros de la plaza San Martín, adornada por dos caricaturas de él como "bulldog" y una foto enorme de su padre junto a Arturo Illia, es el escenario que Ricardo López Murphy eligió para volver a la política activa.

El dice que nunca se fue, pero reconoce que este año decidió romper el bajo perfil de las últimas elecciones, trasladar su proyecto a la Capital y embarcarse en la creación de un nuevo partido, Convergencia Federal.

En tiempos de baja participación política y altos requisitos electorales, es una tarea ciclópea. Pero experiencia no le falta. En 2002 fundó Recrear, que le permitió postularse dos veces a presidente. En 2003 sacó el 18% de los votos y no le ganó a Néstor Kirchner por apenas 4 puntos. En cambio en 2007 apenas logró el 1,45% de los votos y comprobó en carne propia las abruptas leyes de la gravedad que tiene la política.

Antes de eso había sido un conspicuo radical, ministro de Defensa de la Alianza y fugaz ministro de Economía, experiencia que varios preferirían olvidar. El, en cambio, señala su alianza fallida con Mauricio Macri como su peor pecado. "Mi relación con Macri fue el error más grande de mi vida pública", dice el economista, que abandona por única vez el buen humor que mostró en la charla con LA NACION.

El jefe de gobierno porteño lo dejó librado a su suerte justo antes de las elecciones de 2007. A manos del macrismo, López Murphy perdió hasta el sello de Recrear, que en 2008 le arrebató el hoy ministro de la ciudad Esteban Bullrich, en una elección interna que el economista denunció como fraudulenta.

Pero ahora prefiere hablar del futuro, en el que se imagina dentro de un frente panradical, pero con partido propio. "No me fui del radicalismo por capricho o enojo, sino por diferencias ideológicas: yo no soy socialdemócrata, sino liberal, en la línea de Alberdi y Alem", explica.

Alianzas

Pero López Murphy sostiene que las alianzas que tejerá el radicalismo para 2011 deberían incluir desde socialistas hasta liberales, pasando por Elisa Carrió y Julio Cobos.

Entre la urgencia y la alarma, cree que si el panradicalismo no se une, el kirchnerismo seguirá en el poder. "Si gana la interna peronista, después lo va a ayudar el viento de cola de la economía, y la maquinaria clientelar, estatal y gremial. Si se parte el voto radical, gana Kirchner", anuncia como una fórmula matemática.

Irónico y crítico mordaz del Gobierno, su teoría es que en medio de la mejor coyuntura en más de un siglo (vecinos que crecen, paz regional, precios inmejorables y el comercio mundial en aumento ) "los argentinos pusieron a los Kirchner para contrarrestar todo eso".

Como antítesis, él propone "integrar al país en geografía, producción y con reglas de las naciones civilizadas".

Para conseguirlo quiere convertirse en candidato a jefe de gobierno o legislador. "Si es necesario estoy dispuesto a asumir responsabilidades electorales", lanza con la confianza intacta. Ya funciona un equipo que le arma propuestas para la ciudad y la junta promotora de Convergencia Federal en Capital, que forman los ex legisladores Marcelo Meis, Fernando Caeiro y Jorge San Martino.

Sin embargo, el economista tiene un plan B, y si no encuentra quórum para su candidatura seguirá en la construcción de políticas y propuestas desde adentro, en el área en la que se especializó en los últimos años: eficiencia en gestiones de gobierno.

"Yo ya cumplí mi cuota como candidato testimonial, y para dejar de serlo se necesita despliegue territorial, alianzas y respaldo de la opinión pública", advierte López Murphy. Enseguida sigue entre bromas y carcajadas. "Es que el mote de bulldog me lo gané por mi ceño fruncido, pero yo soy muy simpático", explica el hombre que está de vuelta.

Nota publicada por La Nación